fbpx

Así decidí llamar a esa incoherencia de la que sufren muchos y que, sin darse cuenta, los afecta al punto de estar atrapados en un círculo vicioso del fracaso que ni ellos mismos se dan cuenta. Luego vienen los delirios, las quejas, el drama, etc.

La sociedad está repleta de quienes postergan su prosperidad al día en que por fin logren el trabajo de sus “sueños”, o al día en que se ganen la lotería, o incluso en el peor de los casos, hasta que papá y mamá los sigan manteniendo.

A todos ellos tengo algo que decirle: la prosperidad se logra desde el momento en que comiencen a trabajar la consciencia, entendiendo las leyes del dinero, las del universo y desde que se dejen del mal de la “excusitis”.

Quien pone en pausa la prosperidad y su vida en general, soñando con un mañana “ideal” es igual a quien corre detrás de una zanahoria que siempre va por delante. La prosperidad aplazada define una dimensión mental a la que muchos se apegan.

Y desde ahí viven sus vidas a través del “me irá mucho mejor cuando cambie de empleo”, “ya tendré todo lo que quiero cuando gane más dinero”, “tendré las vacaciones de mis sueños cuando sea millonario”, todo es postergación, excusas, pereza y estática mental.

Hazte la pregunta: ¿Tengo en mi cuenta bancaria la cantidad de dinero que necesito para comprar la casa de mis sueños? Responderla te ayudará a definir en cuál dimensión mental te encuentras. Cuando des ese primer paso, ya dejarás de autosabotearte.

Pensar que el futuro traerá cosas mágicas y perfectas como una prosperidad de la nada, es infantil y la mentira más descarada que puedas hacerte. Implica opacar tu presente mientras te ciega el espejismo de un mañana “ideal” sin hacer el más mínimo esfuerzo.

¿Sufres del síndrome de postergar la prosperidad? Esa es la razón por la que no has tenido ni tienes lo que deseas. Si quieres realmente cambiar tu realidad, entonces comienza a trabajar. Honra tu empleo, entiende tu consciencia del dinero y ya estarás forjando tu propio futuro.

Elimina de tu vocabulario la palabra “sí”, “si tuviera más dinero todo sería mejor”, “si lograra ese ascensor ganaría más dinero”, “si tuviera el trabajo de mis sueños, sería millonario”, cada una de las frases que construyes con esa conjugación, es una forma inútil de sufrimiento.

No culpes más al gobierno, a la situación del país, o a tus padres. Solo tú eres el responsable de tu propia vida y de todo lo que se relaciona y sucede en ella, la prosperidad es una de ellas. Del dinero depende nuestra felicidad.

Nos han mentido por siglos, con la premisa de que el dinero no lo es todo. Nos han infundado miedo e incluso nos han dicho infinidades de veces que ser rico es malo. La razón por la que no consigues la prosperidad es porque no sabes lo que quieres y tampoco lo crees.

Te pregunto y espero te respondas a ti mismo, con extrema reflexión: en cuanto al dinero y el disfrute de la vida, ¿cómo estás? ¿crees que con lo suficiente estás bien? ¿crees que no puedes aspirar a más?, insisto, ¿te dijeron que los ricos son malos?

Las respuestas que encontrarás te dolerán, te moverán y cuestionarán, pero solo así lograrás un verdadero cambio. Recuerda, el pensamiento recto te retira del sufrimiento, de la mentira, de las falacias y por supuesto, del síndrome de postergar la prosperidad.

REYNA REAL

Foto de cottonbro by Pexels